domingo, 19 de noviembre de 2017

Un día cualquiera

Hay días que te levantas, y lo haces todo como siempre... pones tu cafetera, desayunas... te vistes...vas al trabajo, entrenas... todo parecía ser igual a un lunes cualquiera, pero no, no es igual. Es como esa fiebre que te va entrando, que poco a poco te va llegando a más hasta que dices...pues voy a tener que acostarme porque no me puedo ni mover.
Sobre todo porque dices, ¿pero por qué me he puesto mala si yo me cuido? ¿me tomo ese zumo de naranja natural que quita todos los males del mundo? ¡¿si me puse hasta la vacuna?!


Lo maravilloso de la vida es precisamente eso, saber que cada día puede ser diferente al resto, no anclarse a un sitio, no, no somos un barco que vaya donde vaya siempre vuelve al mismo lugar, al mismo puerto, con el mismo amarre, y hasta el mismo agua. Qué bonito es ser diferentes, buscar motivaciones distintas y pensar que puedes hacer muchas más cosas, visitar lugares cada vez más remotos, y conocer culturas tan diferentes. Precisamente, una de las asignaturas que más se me atascó en la carrera (Antropología) aunque sigo poniendo fé ciega que el profe me cogió manía! 🙉 , es la que más me gusta. El saber que existen tantos saberes diferentes, tantas formas diferentes de cocinar un mismo pescado, o de un hecho tan simple como es sentarse a comer a la mesa.

Me encanta cuando llega ese momento en el que te das cuenta que no estás solo en el mundo, y que, si quieres, tu día cualquiera, puede ser un día diferente que marque el resto de tu vida.

Si este árbol creció en una piedra...¡qué me cuentas!



No hay comentarios:

Publicar un comentario