domingo, 19 de noviembre de 2017

Un día cualquiera

Hay días que te levantas, y lo haces todo como siempre... pones tu cafetera, desayunas... te vistes...vas al trabajo, entrenas... todo parecía ser igual a un lunes cualquiera, pero no, no es igual. Es como esa fiebre que te va entrando, que poco a poco te va llegando a más hasta que dices...pues voy a tener que acostarme porque no me puedo ni mover.
Sobre todo porque dices, ¿pero por qué me he puesto mala si yo me cuido? ¿me tomo ese zumo de naranja natural que quita todos los males del mundo? ¡¿si me puse hasta la vacuna?!


Lo maravilloso de la vida es precisamente eso, saber que cada día puede ser diferente al resto, no anclarse a un sitio, no, no somos un barco que vaya donde vaya siempre vuelve al mismo lugar, al mismo puerto, con el mismo amarre, y hasta el mismo agua. Qué bonito es ser diferentes, buscar motivaciones distintas y pensar que puedes hacer muchas más cosas, visitar lugares cada vez más remotos, y conocer culturas tan diferentes. Precisamente, una de las asignaturas que más se me atascó en la carrera (Antropología) aunque sigo poniendo fé ciega que el profe me cogió manía! 🙉 , es la que más me gusta. El saber que existen tantos saberes diferentes, tantas formas diferentes de cocinar un mismo pescado, o de un hecho tan simple como es sentarse a comer a la mesa.

Me encanta cuando llega ese momento en el que te das cuenta que no estás solo en el mundo, y que, si quieres, tu día cualquiera, puede ser un día diferente que marque el resto de tu vida.

Si este árbol creció en una piedra...¡qué me cuentas!



jueves, 16 de noviembre de 2017

¿Qué culpa tiene la gota que colma el vaso de que las otras lo llenaran?

¡Qué bien! 6 años de mi última entrada, ¿por qué? no había forma de entrar, lo veía, pero no recordaba nada de contraseñas... que ilusión, con lo que me gustaba escribir. ¡vuelvo!

Hoy quiero escribir por muchas cosas, pero todo en torno a la misma, y de ahí el título de la entrada. No es sin más, cuando decidimos que todo está perdido, que estamos cansados, que ya no podemos más, y optamos por esa palabra maldita que se inventó para dar la lata: DESIDIA.

Yo hoy opto por la parábola.

Y es que, la primera gota sólo hace refrescarte un poco, miras al cielo, y dices...bah! sólo hay una nube, no creo que llueva más...la segunda (la que te cae en la nariz) ya hace mosquearte, y empezar a pensar...¡vaya! hoy parece que va a hacer frío, ¡con dos gotas que te caen en un segundo y tú sigues pensando que no va a llover! hasta que no te cae la tercera y ves como empieza además a venir aire, frío, y un color muy feo en el cielo no dices....tenía que haber cogido el paraguas, ya, me voy a mojar. Corres a un soportal, esperas a que pase la tormenta... pues encima has quedado, tienes una reunión importante, y no puedes llegar calad@ hasta los huesos.
¿Sabes el final, verdad? Si sabes el final, porqué eres tan list@ que te las sabes todas, ¿por qué no cogiste el paraguas desde primeras? Claro, es que ibas a tener que arrastrarlo. ¡Ah! ¿o es qué no lo encontraste? ¿lo buscaste? Ah, que si, lo buscaste, pero ni sabes dónde lo pusiste la última vez que lo usaste, hace meses que no llueve en Sevilla. Como hasta ahora no hemos tenido el problema, no hemos dicho... ¿dónde estaba mi paraguas? Pero si, ya es tarde, tienes el problema delante de tus narices: está lloviendo, no puedes mojar tu traje de chaqueta, y para seguir sumando, tienes el teléfono sin batería, ¡el colmo de los colmos!

¡¡REINVÉNTATE!!

¡Pide ayuda! la humanidad, aunque no la creas, ¡existe! mira a tu alrededor, ¿ves ese bar? Si, ese del fondo, ¿ves a esas chicas sentadas y que cada una tiene un paraguas? ¡corre! Ve allí, pídele a una de ellas el paraguas, dile, ¡explícale qué te pasa! dile que tienes que llegar si o si a una reunión importante, que necesitas su paraguas, y que cuando vuelvas, se lo dejarás al camarero para que él se lo de al día siguiente.

Imposible ahí escuchar un NO. Te lo va a dejar, y lo sabes. No te asustes, estas cosas existen.
Si que las hay.

Huye de la desidia, no la cojas por compañera, ¡JAMÁS! es maligna, no debería existir en nuestro vocabulario. Pero por desgracia, hay muchas palabras que desearíamos no estuvieran, y ahí están. No les des su sitio, sácalas de tu día a día, no te valen de nada.

Fíjate sólo en un momento, la de cosas positivas que le hemos podido sacar a una palabra negativa (1 contra 4):
Desidia VS humanidad, compañerismo, éxito, amistad (y hasta una tostada cuando al día siguiente lleves el paraguas ;).

¿QUÉ CULPA TIENE LA GOTA QUE COLMA EL VASO DE QUE LAS OTRAS LO LLENARAN? No des sentido tan siquiera a que ni una de ellas conozcan dónde está el vaso, tíralo, quítalo de tu vista y no des pie ni a que el grifo se abra.


Y ahora, sal ahí y lucha, que hoy va a hacer un sol radiante.