jueves, 7 de junio de 2018

Aire

Podría titular esta entrada de muchas formas, pero sólo hay una...aire...porque se lo ha llevado.

POLVO SOMOS Y EN POLVO NOS CONVERTIREMOS.


El árbol se fue, porque mira que lo he regado, mira que día tras días he ido a cortarle esas ramas que le crecían a los lados, esas que no le dejaban crecer. He cuidado de él hasta en días de lluvia, hasta en los peores me vestía, salía de casa e iba a verle, a cantarle, a llorarle y a ponerlo bonito. Pero cuando él no ha querido más, no he podido hacer más por él.

Me cuesta aceptarlo, pero le doy fin. Fin a esos días de sol, de sacar fuerzas de dónde no las había, de desear que fuera ya mañana y poder ir a regarlo, de ilusión, de ganas, de alegría, de un nuevo proyecto, o de un nuevo final. Doy fin, y estoy triste, y lo estaré mucho tiempo, porque con mi árbol se ha ido gran parte de mi risa.

Que seas muy feliz. Sencillamente, me costará volver a escribir. Hoy, sin foto.

jueves, 1 de marzo de 2018

¿Qué pasa con el viento?

En estos días, hay una tal Enma en la vida de much@s, y hoy, yo me la encontré de cara. Me saludó, y yo la saludé.

¿Qué pasa con el viento? quizás te hace frenarte, pero también luchar, mantenerte en pie, seguir adelante hasta que llegues al destino. Pero cuidado, el viento también puede hacerte pasar un mal rato...una rama rota, una maceta que vuela, un árbol que cae.......árbol, mi querido árbol.

Ese árbol que yo pensaba que nada ni nadie lo destruía, con unas raíces hermosas e infinitas, años de vida, y tempestades aguantadas. Hoy vi por un camino que quizás hasta los árboles se caigan. Hasta llegué a pensar que una oveja salía volando. Era demasiado lo que hacía.
No se qué le pasa al árbol que veía tan robusto, que cuando llegan los peores días parece que se cae, y lo peor de todo es que contra la fuerza de la naturaleza es imposible luchar, te lleva adelante con ella y todo lo que pille.
Me di la vuelta en un punto donde seguir era estar peor, demasiado barro y además este resfriado que no me deja respirar. En esa mezcla de aire, barro, resfriado y ya que hasta empezó a llover...¿para qué seguir? nada bonito presagiaba el porqué seguir. Lo único, intentar luchar hasta que pueda por mantener al árbol en su sitio, pero ya te digo yo, que como pase un viento como el que vi y padecí hoy, es cosa imposible. Si se tiene que ir, se va a ir, y por favor, que si el viento se lo lleva se lo lleve bien lejos, que yo no lo vea, porque no hay nada peor que recoger un árbol roto demacrado por el viento.

Mientras tanto, que Enma pare ya, que no hace más que revolucionar mis mocos.

Ordesa...Monte Perdido...el mejor lugar de este mundo. Lleno de árboles infinitos.