En estos días, hay una tal Enma en la vida de much@s, y hoy, yo me la encontré de cara. Me saludó, y yo la saludé.
¿Qué pasa con el viento? quizás te hace frenarte, pero también luchar, mantenerte en pie, seguir adelante hasta que llegues al destino. Pero cuidado, el viento también puede hacerte pasar un mal rato...una rama rota, una maceta que vuela, un árbol que cae.......árbol, mi querido árbol.
Ese árbol que yo pensaba que nada ni nadie lo destruía, con unas raíces hermosas e infinitas, años de vida, y tempestades aguantadas. Hoy vi por un camino que quizás hasta los árboles se caigan. Hasta llegué a pensar que una oveja salía volando. Era demasiado lo que hacía.
No se qué le pasa al árbol que veía tan robusto, que cuando llegan los peores días parece que se cae, y lo peor de todo es que contra la fuerza de la naturaleza es imposible luchar, te lleva adelante con ella y todo lo que pille.
Me di la vuelta en un punto donde seguir era estar peor, demasiado barro y además este resfriado que no me deja respirar. En esa mezcla de aire, barro, resfriado y ya que hasta empezó a llover...¿para qué seguir? nada bonito presagiaba el porqué seguir. Lo único, intentar luchar hasta que pueda por mantener al árbol en su sitio, pero ya te digo yo, que como pase un viento como el que vi y padecí hoy, es cosa imposible. Si se tiene que ir, se va a ir, y por favor, que si el viento se lo lleva se lo lleve bien lejos, que yo no lo vea, porque no hay nada peor que recoger un árbol roto demacrado por el viento.
Mientras tanto, que Enma pare ya, que no hace más que revolucionar mis mocos.
Ordesa...Monte Perdido...el mejor lugar de este mundo. Lleno de árboles infinitos.
jueves, 1 de marzo de 2018
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